Algo similar pasa en otros ámbitos de nuestro trabajo, ahora tenemos el apoyo de los medios tecnológicos como la computadora, el cañón proyector, el internet, los videos, que hace algunos lustros era un sueño.
Hace también algunos años, la única fuente para calificar a los alumnos eran las pruebas escritas y las tareas elaboradas en sus cuadernos, y la única forma de ver el avance de nuestros alumnos estaba en nuestra memoria al recordar como estaban y compararlo con el ahora, como están.
También tuve la oportunidad, mas adelante de elaborar las carpetas de trabajos de los alumnos de forma física o análoga, sin que tuviera mayor trascendencia, ya que su alcance únicamente se circunscribía a mi persona, a los padres de los niños y quizá al docente que los atendería en el grado posterior o siguiente.
Ahora, con el portafolio electrónico, tenemos los docentes la oportunidad de hacer llegar el testimonio de nuestro trabajo a más personas que pueden opinar y darnos sugerencias para mejorar día a día nuestro trabajo en el aula, de igual manera al compartir experiencias, podemos aprender del trabajo de compañeros de otras latitudes enriqueciendo el actuar diario de los docentes.
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